lunes, 1 de octubre de 2007

Consuelo, mi desconsuelo


Tres de Octubre de 2002, son casi las once de la noche, mientras el agua recorre mi enorme vientre, hinchado, lleno de vida, casi a punto de explotar ; mientras tu chapoteas ansiosa, presurosa por salir, el primer síntoma de tu venida aparece: un dolor terrible cruza mi espalda, pero lejos de sentirme asustada o preocupada una felicidad enorme me embarga, recito lentos versos en silencio sabiendo que solo tú los podrás escuchar, es nuestro diálogo privado lo hemos compartido durante nueve meses, te recito versos de cuna escritos por la Gabriela que se que te calman, ambas estamos ansiosas, nuestros corazones laten casi al mismo ritmo pero debemos guardar calma, hemos esperado tanto tiempo para vernos que unos minutos más no hacen ya diferencia. Mis versos te calman solo por un momento, pero una segunda arremetida confirma que ya no estas para esperas tomaste una decisión, y al parecer heredaste una de mis pocas virtudes: la determinación, y me parece estupendo. Ya no recito para retrasar tu venida, ahora mis cánticos son de júbilo, de confianza, de fe...Ten fe Consuelo ya no falta nada