martes, 5 de junio de 2007

soplare y soplare y tu casa botare...


desde el cuarto oscuro de mis pensamientos más lúgubres, viene el lobo feroz para amenazarme nuevamente, mi casa es frágil, frágil como el cáñamo más verde, frágil como el cogollo más morado, mmm... ciertamente no tengo oportunidad alguna, nuevamente mi hogar se ha derrumbado. Prometo que alguna vez lo construiré de verdadero material sólido; mi verdad, mientras tanto me pongo los guantes, tomo la cámara y saco fotografías, pa que la gente crea que vino el lobo feroz y boto mi casa, mi casa hecha de cogollos y cáñamos...Y tú que siempre me dijiste que mejor la fumáramos... Afortunadamente no es la primera vez que me pasa, afortunadamente no es la última vez que me pasara.

1 comentario:

Anónimo dijo...

creo que todos poseemos un lobo interior que amenaza con destruir los cimientos que poco a poco hemos construido, pero creo que tal como señalas lo válido es saber recontruir y crear nuevas fortalezas.

buen texto.